sábado, 8 de febrero de 2025

El talento de mi perro Pancho

Os parecería que no aprendo, que vuelvo a Gallego una y otra vez como una vuelve con ese ex tóxico que no puede soltar, pero no, lo que pasa es que ya había comprado el libro. Es más, lo compré junto con Metro, así que tiene bastante tiempo acumulando polvo en mis estanterías y ya le tocaba salir de su escondrijo a "brillar". Son unas pocas páginas, así que he podido con ello en unos pocos días.

Como resumen, muy resumido, de lo que va a ser este libro, tenemos a Dana, nuestra protagonista, una chica hermosa de pelo negro y ojos azulísimos (no os preocupéis que no se os va a olvidar; la autora no os deja), que al nacer ella, la partera ve algo en sus ojos ya azules que la asusta. Me imagino que lo que ve es color, porque a ver quién nace ya con los ojos completamente abiertos y con un color definido... Unos años más tarde, un viejo verde se lleva a Dana de su granja para educarla en el arte de la magia y es allí donde entra en juego La Torre, el valle de los lobos y un personaje que ya conocía yo de otro libro, Fenris el elfo, y a partir de aquí, pues más unicornios y dragones.

Fenris el (mago) elfo es importante para mí porque es un personaje secundario durante la trilogía de Crónicas de la Torre y después se decidió sacar un cuarto libro sobre dicho elfo. Libro que yo me leí primero porque en ningún sitio ponía que tuviese alguna relación con el resto de la trilogía (que yo tampoco sabía de su existencia, pero...). Así que voy con una idea preconcebida de ese chico y quiero que esa idea se mantenga, porque como no cuadre, a lo mejor me enfado, eh. Pero eso es una cosa que se verá a lo largo de esta review, que los libros de esta mujer dan para mucho.

Necesito más pruebas de lo que voy a decir ahora, pero no miento si digo que me parece a mí que Laura Gallego recicla a personajes. Si me dices que recicla a los secundarios, aún te entiendo porque pasan más desapercibidos, pero si te digo que Dana es una copia con un poco más de talento que Victoria (de Memorias de Idhún) y que Kai de momento es una especie de Jack, por lo buenazo y lo tonto, pues me lo creo. Siguen todos con cero personalidad o ganas de despertarse y una conversación más profunda parece que no va a aparecer en un horizonte cercano.

Si os tuviese que definir a Dana en una sola palabra, no podría, porque necesito dos: granjera y maga, o si no os gusta maga, podríamos usar bruja. No parece haber un tiempo de transición entre lo que debería ser Dana granjera, trabajando de sol a sol, con Kai como único amigo, con chicas de su edad que la rechazan o una familia que no la entiende, y la Dana maga, iniciada en la brujería, una chica de diez/quince años que ha encontrado su lugar en el mundo y que se esfuerza a muerte para lograr su objetivo (que me imagino es convertirse en maga, después de superar el último examen del libro del fuego). No existe una transición real entre estos dos personajes y parece que todo proceso de evolución pasa detrás de bambalinas y solo vemos el resultado final. ¿Que se enfadan Kai y Dana? Pues solo los veremos enfadados. ¿Se arreglan? Pasa en dos segundos, como si no se hubiesen ignorado durante casi cinco años...

Kai, siendo un ser invisible y sin personalidad, es solo un grano de arena de toda esta montaña que representa este libro. Y ahora que pienso en el todopoderoso Kai, ese ser de luz que con diez años ya parece ser un adulto responsable, pero teóricamente con la ilusión por las aventuras de un niño (ilusión que no vemos nunca... porque una personalidad no se crea solo diciendo "es alegre", tienes que enseñarme que es alegre), también me recuerda a lo TREMENDAMENTE estúpida que es la pobre Dana. No va en una escena donde Aonia ha entrado (claramente, cabe recalcar) dentro del cuerpo de Maritta, la enana cocinera, y con toda la pachorra del mundo va y dice "no sabía que mi amiga fuese tan talentosa con la magia". ¿Perdona? Dana, perdona? Acabas de devolver al plano terrenal a una maga superpoderosa a la que no estás viendo; por lo tanto, ¿dónde crees que se ha ido su espíritu? Opción uno: está dentro de esa enana que hace dos días no era capaz de hacer o creer en el más simple de los hechizos; o opción número dos: se te ha metido por el culo tan profundo como tu cabeza. Así que supongo que antes me he equivocado: Dana sí tiene personalidad, la de ser una paleta comesalchichas, lenta de mente y de reflejos y un estorbo para todo el mundo.

Laura Gallego, ¿qué problema tienes con las mujeres? ¿Por qué haces unas protagonistas teóricamente tan especiales, pero tan inútiles a la vez? Que se supone que lleva seis años entrenando la magia, ¿no crees que el cerebro también le habrá evolucionado? Porque tiene el mismo carácter y capacidades que una nena de cinco.

La capacidad de resolver incongruencias de Laura Gallego es bastante básica. Si algo no tiene sentido, se va a explicar de la forma más basta posible en el próximo párrafo y eso se ve claramente en multitud de ocasiones a lo largo de esta especie de desastre por escrito. Aun así, los casos más prominentes o, como mínimo, los que más me llaman la atención y que, por lo tanto, se me van a quedar grabados en la memoria de por vida son: esa vez que Kai podía coger cosas con su cuerpo incorpóreo, pero a la vez no podía tocar nada y se acabó justificando con una simple cara de concentración. La vez que nuestra protagonista y Aonia estaban por la torre escondidas, el Maestro dio un comunicado por megafonía y, a medida que ellas iban hablando o les asaltaban las dudas, el Maestro respondía esas mismas dudas por algún motivo y todo eso sin poder verlas o escucharlas... Y el último es, probablemente, lo que me va a tomar más tiempo explicar:

Anteriormente os he comentado que yo ya me había leído, casi por error, el libro de Fenris el elfo, donde se nos explica toda la historia suya mucho antes de que llegase a la torre. Pues bien, al final de ese mismo libro vemos como el maestro lo rescata de las fauces de su lobo interior y sin motivo aparente le elimina todos los recuerdos que él tiene de Aonia (la antigua dueña de la Torre). ¿Cómo os quedáis si os digo que eso solo fue uno de los recursos express de nuestra autora para explicar por qué en este primer volumen de Crónicas de la Torre, Fenris no tenía ni puñetera idea de quién era la mentada Aonia? Ahora bien, dejó colgando el hecho de que ella tampoco tiene ninguna memoria de él, teniendo en cuenta que el tema del que iban a tratar una vez que se encontrasen era bastante serio. ¿Y os acordáis de mi idea preconcebida de Fenris el (mago) elfo? Un fracaso total; es un ser completamente distinto, con el garbo o la personalidad de una ameba y muy muy decepcionante, sobre todo después de haberle visto luchar por su vida durante todo un libro y más tarde ver que se rinde a los deseos de otra persona con tanta facilidad, como si todo ese pasado de lucha no existiese... Algo que en realidad, viniendo de la básica escritura de Laura Gallego, no me sorprende, porque estoy segura de que cuando empezó con la trilogía no tenía ni idea de cuál era la historia de ese personaje de orejas puntiagudas y fue solo cuando se le ofreció la posibilidad de sacar un libro más que empezó a inventarse de todo.

Pero estoy segura de que ya sabemos todos que la múltiple personalidad de los personajes de Laura es una cosa que acompaña la falta de personalidad de todos ellos, pero ¿cómo se explica? Básicamente, si tú no le das una personalidad definida a un personaje, si tú dices que Aonia es dulce y con una mirada amable, pero en el siguiente capítulo le está gritando "no me desobedezcas, muchacha" y se ve algo sospechoso y malicioso en sus ojos, acabas por eliminar cualquier tipo de personalidad que pudiese llegar a tener.

No tengo buenas palabras para este libro; por favor, que alguien me alivie de la tortura que sería leerme los otros dos volúmenes y me haga un resumen.

Un beso, chikis.

P.D: No hay palabras en este idioma o en el siguiente para expresar el cansancio, el desagrado y el rechazo que me empiezan a producir los libros de Laura Gallego. Me vais a tener que perdonar por las palabras que voy a decir a continuación, pero esta autora tiene el talento más mediocre que he visto nunca; los mundos mágicos y fantásticos también son muy mediocres y sin nada especial y aún no he encontrado nada rompedor en sus libros. Aunque entiendo que se empezó a publicar lo que escribía porque decidió que en uno de sus libros, si la protagonista no sabía con qué interés romántico quedarse, pues que se quedase con los dos. Rompedor. Le falta camino y mejora, pero quien soy yo para decir nada? 

Mas talento tiene mi perro cuando salta para saludarme.

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