Como dijo alguien alguna vez, parece que atraigo la mierda y, al final del día, ¿en qué me convierte eso? Yo intento mantener una mente abierta, positiva, siempre lista para un nuevo libro e incluso a veces, más últimamente, leo la sinopsis de los libros y acepto recomendaciones para evitarme las bazofias que me he llegado a leer, pero parece ser que esta vez no va a ser posible evitar una catástrofe y que simplemente estamos en una mala racha. Yo me considero o me consideraba una amante de todo lo romántico, de las obras donde el amor era la trama y había los típicos problemas de pareja que aparecen en los libros, pero últimamente me he demostrado lo contrario. También puede ser que la calidad de los autores haya caído en picado y que hoy en día se publique cualquier cosa. Vivo en medio de la miseria absoluta a causa del mal gusto que tengo en libros y encima también porque cada vez que me estoy leyendo algo horrible tengo que compensarlo comprándome un libro nuevo y así vamos acumulando decepciones. Tengo que cambiar mi estrategia o mis gustos y la segunda es inamovible.
Resumen súper rápido de esta maravillosa obra de arte: alma torturada femenina muy pequeña e indefensa se cambia de instituto y conoce a chico grande y fuerte que tiene problemas graves de ira y le mola el rugby mogollón.
Pero realmente, ¿por dónde se empieza este desastre? Me lo he leído, más o menos, en unos tres días y han sido altos y bajos constantes. Me recuerda, hasta cierto punto, a la literatura japonesa, con todas esas pausas relajadas, largas explicaciones y revoloteos alrededor del mismo tema, como si no lo hubiésemos visto o leído ya ochenta veces. La única diferencia aquí es que la literatura oriental no suelta una palabrota por cada frase que escribe. He acabado tan harta de todos los insultos, palabras soeces y malsonantes, vocabulario horrible innecesario, que para el final de la obra me planteaba si en realidad tenía mente y corazón de puritana y que a lo mejor mi verdadera vocación era ser monja, donde las escrituras de nuestro Señor Jesucristo no alterasen a mi pobre corazón de virgen. Eso o hay una cantidad innecesaria y horrible de vocabulario sucio a lo largo del libro.
Vamos a unirle a todo eso la extrañísima forma de redactar de la autora, donde parecía que todo eran puntos y aparte y los párrafos no tenían más de cinco líneas conexas. Eso y la muy limitada cantidad de vocabulario y frases hechas me ha acabado hinchando tanto las pelotas que al final me he puesto en la situación de Johnny y he empezado a sentir una profunda pena y comprensión por él (este es un tema del que vamos a hablar más tarde y de forma extendida, porque necesita su propio párrafo). Me gustaría presentarle a Chloe Walsh la existencia de editores, no solo para que alguien le revise esta catástrofe que me recuerda extrañamente a los libros de Wattpad (he tenido que mirar cuatro veces que no saliese de ahí porque ahora ya no ponen la pegatina en las portadas), también para que alguien le ayude a resumir esto.
Me estás diciendo, de verdad, que necesitabas 700 páginas para explicar esta historia? Bueno, 700, en realidad más, porque esto es solo la primera parte. Para que entendáis la gran tontería que este daño al medio ambiente representa os voy a hacer un resumen de este libro, supongo que con spoiler, aunque en realidad si lo piensas, no: te presentan a los protagonistas y sus vidas (que o cambian en todo el libro por cierto, ni ellos ni su situación, parecen no evolucionar), dichos protagonistas se conocen, empiezan a frecuentarse (con las mismas tres interacciones), hay algún problema de por medio completamente irrelevante para la trama y solo usado para cerrar algunos cabos sueltos, se enrollan y hacen manitas, hay algún otro problema que esta vez si que es relevante para la trama o para que como mínimo avance un poco ya en el siguiente libro y fin. Esto me lo podrías haber dado en 300 páginas, como máximo, si no fuese porque durante las otras 400 has escrito cosas que no aportaban en nada, eran completamente irrelevantes, ya las sabíamos o nos la pelaban absolutamente porque eran innecesarias.
Johnny conduce a Shannon como el río; o la mira o la huele, le habla un poco, piensa en ella, piensa en rugby, habla de su lesión, de sus pelotas o mangonea a todo el instituto, la ciudad de Cork y la vecina como si fuese el rey del mambo. Esa es su trama personal. Su trama personal es ser un lesionado prepotente y un matón, que cuando no está dando órdenes y tratando a la gente como si fuesen inferiores a él, incluso a sus mejores amigos les hablaba con monosílabos y les ordenaba cosas como si fuesen perros: "vete", "sal", "cállate". Está pensando en su lesión o en lo mucho que le pone la diminuta de Shannon, que parece ser el único ser humano al que no sacude como a un sonajero cada vez que se cabrea un poco, lo cual, podéis decir lo que queráis, me parece tóxico y horrible. Tienes derecho a todo lo anterior si eres un jefe de la mafia, no un niñato de diecisiete años con una prometedora carrera en el rugby.
Shannon como el río, es tan pequeña y tan indefensa, tan maltratada y tan inútil en todos los aspectos de la palabra... No tiene más personalidad que susurrar las cosas, vomitar y ser una pequeña mujer débil, con una gran diferencia de tamaño con el resto del mundo, porque nunca nadie había visto a una chica tan pequeña, tan minúscula e indefensa... Su personalidad es básicamente que todo el mundo la maltrata y ella se deja, se deja maltratar y también se deja defender, pero nunca la verás haciendo nada al respecto más que lloriquear y quejarse como una niñata. Nunca, en la historia de todo este libro (porque supongo que en otros alguien habrá aparecido), he conocido a nadie tan horriblemente egoísta e hija de p*ta.
Ahí me he calentado un poco; dejad que os ponga en contexto: Shannon como el río, tiene cinco hermanos (obviamente todos chicos). El mayor, Darren, se fue de la casa en su momento; el siguiente es Joey, que se ocupa de toda la mierda del mundo mientras balancea estudios, deporte, novia y trabajo; después va el pez de Shannon y, por último, tres hermanos menores de los que no recuerdo ni el nombre (imagínate lo poco que salen). El desgraciado de Joey ha tenido que ocuparse y defender siempre a Shannon y al resto del maltratador de su padre y la inútil de su madre y, cuando llega el momento en el que se cansa y le comenta a Shannon que va a llamar a la Gardaí (las autoridades irlandesas), la muy niñata se enfada con él, se lo reprocha, le dice que cómo se atreve a ser tan egoísta (¿perdona??), que le había prometido que nunca la abandonaría y no sé cuántas paridas más. Yo en ese instante pude sentir, encima de mis hombros, el cansancio de la vida de Joey, donde el único apoyo que tenía en esa vida era su pobre novia y la consciencia absoluta de que su hermana sería un lastre para toda la eternidad del que no se podría librar nunca y que, por lo tanto, tendría que seguir aguantando el maltrato de su padre. Shannon como el río, espabila que ya eres mayorcita, nena.
Por último, y ya me callo porque si no, no acabo nunca y mi pecado sería tan grande como el de este libro: la relación de esos dos. La autora se cree que, por tener la misma conversación noventa veces a lo largo de tres meses, comer una vez juntos, pensar mucho rato en el otro y mirarse por los pasillos durante 400 páginas, eso ya cuenta como evolucionar en una relación y, por lo tanto, ya se quieren mucho y esas cosas de romances. Pues no. Tiene que haber un poco de chicha porque si no, hasta yo me divorcio sin siquiera haber hablado bien (porque Shannon solo susurra, debido a que es muy frágil y no lo digo yo, lo dice Johnny). Esta relación es un muermazo, la vida de los dos es un muermazo, la autora se piensa que como más sufras más madura eres o alguna tontería de esas y estoy segura de que tiene un fetiche con las bajitas porque, madre mía... la segunda página y ya estaba hasta arriba de oír lo pequeña y frágil y delgada y minúscula que es Shannon...
La verdad, vaya experiencia; si pudiese eliminar esta experiencia, seguramente no lo haría porque capaz soy de volver a cometer el mismo error y esto sería peor que un episodio de Los Simpson.
Juro que volveré, esta vez con algo decente.
Un beso, chikis.
P.D: Chloe Walsh te pago un editor, te lo juro, dime el precio. ¿No hay de eso en Irlanda? Te lo mando dentro de una caja.